Analizando la concertación nos hemos hecho muchas veces la pregunta sobre ¿Qué puede unir a grupos tan heterogéneos? Entre los que hay algunos que se declaran cristianos, otros libre pensadores y una mayoría que se manifiesta como ateos y seguidores de las doctrinas marxistas.
La respuesta, que para muchos es sumamente complicada, es que se encuentran unidos por inmensos afanes de poder y por la necesidad de ocultar los inmensos latrocinios que han cometido con la caja Fiscal, sea por la vulgar rapiña, por la inversión desidiosa o la simple compra de basura a sobre precios.
Un seguidor de Cristo no puede aliarse, como lo vemos en este momento, con seguidores del marxismo, como los socialistas y los comunistas, que en una de sus declaraciones valóricas más importantes declaran que las religiones son el opio del pueblo, los que además, han desatado persecuciones con millones de victimas.
El Cristianismo que prédica del amor a Dios, el amor prójimo y el perdón es absolutamente incompatible con el discurso de odiosidades de los rojos y con la lucha de clases que estos pregonan, además de su permanente apoyo a regimenes totalitarios que han subyugado a sus pueblos y exterminado a sus adversarios.
La historia reciente nos muestra como los “amigos” del sector zurdo de la concertación han perseguido a los Cristianos, también a los Judíos, a los Mahometanos o los Tibetanos en todos los países que han tenido la desgracia de caer en sus ensangrentadas garras.
También hemos sido testigos de limpiezas étnicas brutales, en las que se ha asesinado a millones de seres humanos por consideraciones raciales, sociales de salud o simplemente por diferir de las políticas oficiales decretadas por el partido que se transforma en parte integrante del estado.
Nadie que adscriba a alguna religión, que tenga conciencia de la existencia de un ser superior o que tenga respeto por sus hermanos los humanos puede tener asociaciones de ningún tipo con una ideología que desprecia a Dios y para el que la vida de nuestros congéneres sea un accidente que se pueda eliminar sin problemas.
Por eso, llamamos a todos los que se declaran social Cristianos, como concepción de un mundo de libertad de emprendimiento, pero regulado por el amor al prójimo, a no votar por ninguna de la listas de la concertación, mucho menos por los candidatos de su espurio pacto con el Juntos Podemos.
Ser partidarios de la Justicia social y de los valores que impone el Cristianismo, así como todas las religiones monoteístas, es sumamente difícil y entre las dificultades que impone se encuentra la de discriminar con quienes nos podemos asociar para lograr construir un mundo mejor.
Los que hoy se declaran Demócratas Cristianos hace mucho tiempo que han sido infiltrados por el odio y el resentimiento, por lo que han perdido sus raíces Cristianas, y por génesis, descendientes de la Falange Española, nunca han tenido raigambre alguna con la democracia.
